Un recorrido al Real Felipe
Este tour, de aproximadamente dos horas, se da en el antiguo,
histórico y peligroso distrito del Callao, donde se encuentra la Fortaleza pentagonal
“REAL FELIPE” con 235 años de antigüedad. El ambiente del día, totalmente frío,
hace que cada esquina de esta fortaleza sea tenebrosa.
Como se sabe, la enorme fortaleza fue construida para
evitar que los piratas y corsarios robasen nuestro oro. Claro está que hubo
muchos ataques; por lo tanto, muchas muertes. Será esto lo que hace que existan
tantos mitos, leyendas, o tal vez verdades oscuras.
La entrada es
enorme e imponente. Cuando logras
ingresar, puedes observar la enorme estatua de Francisco Bolognesi, héroe Nacional y patrón del
Ejército del Perú. De corrido logras ver los torreones, tanto del Rey como de
la Reina. Es ahí cuando se deben sentir esas enormes ganas por recorrer todo, perderse
en el mundo del pasado, ir por los laberintos, sentir la adrenalina, y el
miedo.
Los minutos
de espera para el recorrido se vuelven horas. Empieza a sentirse calor en el
ambiente, confianza tal vez, por los generales, sargentos y reclutas que rodean
todo el lugar. Las ansias se hacen notar por parte del grupo, y por fin la guía
apareció para iniciar el recorrido.
La aventura
comenzó. Primero, se ingresa al parque de artillería, donde se muestran los
cañones que fueron utilizados por el Ejército Peruano en diferentes épocas de
la historia. La adrenalina aquí se puede controlar, aunque la inquietud por
llegar a los torreones se hace más y más grande cada vez.
Por ser
lunes, el grupo es pequeño. Éramos siete personas en todo el museo. Eso no
quita las ganas de conocer y sentir la historia correr por las venas. Por el
contrario, hay mayor conexión con la guía; por lo tanto, más
concentración.
Ahora, toca visitar
el parque de vehículos blindados, baluarte en el que se encuentran algunos de
los tanques que utilizaron los militares. Como lo cuenta la historia eran tan
eficientes que durante la segunda guerra mundial continuaron fabricándolos.
Claramente,
esto es parte importante del museo, mas no el atractivo principal. Al culminar
con la parte divertida del camino, la dirección es ahora hacía la casa del
Gobernador, ubicada bajo el caballero de los doce cañones; sin duda, una de las
partes más dinámicas de todo el camino. Al visualizar las imágenes de los
héroes peruanos, con historias detalladas, todos quedan asombrados, y con
consciencia de la importancia de nuestro pasado.
Ahora pues,
se dirigen ya hacía La Casa de las Respuestas. Es esta la réplica exacta de la
que se encuentra en Arica, y hoy es el consulado peruano. La delgada joven que
va tras la guía comienza al parecer a
sentir mareos. Será tal vez por la resolana que se siente, y quizá también
deshidratación.
De lado se
encuentra la llamativa estatua del soldado sin cara, llamado “El desconocido”.
Lo llamaron así porque representa a todos los militares que dieron su vida por
defender a la patria. El hombre con enormes ojos que va fotografiando todo paso
a paso pregunta a la guía si esta tiene un día especial, y como si lo que
hiciera fuese una rutina aburrida, ella le responde que era el 04 de noviembre,
y entre risas todos dijeron: “¡Feliz día soldado!”
Siguiendo con
el cansado paso, se logra observar el torreón de la reina. Se puede apreciar
que todos quieren ingresar, pero por algún motivo la guía sigue de largo.
Seguro se encuentra en mantenimiento.
Llegamos ya
al tan esperado, tenebroso, escalofriante, torreón del rey. Porque es ahí donde
murieron todos los prisioneros que tenían parados en celdas en forma de
herradura sea por traición a la patria, o por no estar de acuerdo con la corona española. Hay que cruzar el divertido y peligroso
puente levadizo para poder ingresar. Ahora es cuando los colores del rostro se desaparecen
y se empiezan a sentir presencias extrañas, como un ente maligno. Algún alma de
los prisioneros podría ser tal vez. Estaba todo oscuro, lleno de trampas y
laberintos. Ninguno del grupo pretende separarse. Parece ser que cuando dan un
paso, alguien se asomase entre las paredes, y los gritos de las jóvenes se
escucha el triple de fuerte. Las dos muchachas que se encontraban al final de
la fila, se desaparecieron, y se dieron al encuentro con la guía y el grupo por
otro túnel.
El frío
abrigaba la tarde, mientras el sol se ocultaba, y los jóvenes que iban ya
separados dedicaron el tiempo del recorrido final para fotografiarse a si
mismos. Llego la despedida y la guía invitó a regresar, tal vez con la presencia
de turistas o más personas.
El precio para
adultos es de S/. 10.00, para los turistas, S/. 15.00 y para los niños, S/.
5.00 nuevos soles.
Por Mónica Echeverria
Por Mónica Echeverria
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