Cuando era niña, encontré una aliada a todos mis temores, los
cuales se desvanecían al momento de poner play en ese pequeño radio azul a
pilas a mis cortos 8 años de edad.
¿Qué es lo que siento?, es lo que la mayor parte de las
personas me preguntan.
La danza me hace sentir muchas cosas.
La danza me hace sentir muchas cosas.
Mi corazón empieza a latir y se mimetiza al compás del beat
de la música.
La adrenalina empieza a fluir logrando ese efecto de piel de gallina que hace vibrar cada parte de mi cuerpo, sintiéndome viva.
La adrenalina empieza a fluir logrando ese efecto de piel de gallina que hace vibrar cada parte de mi cuerpo, sintiéndome viva.
En este proceso no solo es felicidad, también cuento con
dolores musculares y también momentos en que tu espíritu y tu fuerza de
voluntad tienden a quebrarse.
A pesar de esto, estoy presente, existo y todo empieza en el
primer compás de la música.
Para muchos de nosotros (como espectadores) un espectáculo
comienza al levantar el telón y termina
cuando este se cierra.
Para mí todo es un
comienzo, todo se vuelve un posible escenario.
He bailado en teatros, calles, en mi sala, en mi dormitorio, en mi baño mirándome al espejo, en un bus, estaciones de tren, y si me preguntan si soy feliz.
He bailado en teatros, calles, en mi sala, en mi dormitorio, en mi baño mirándome al espejo, en un bus, estaciones de tren, y si me preguntan si soy feliz.
Diría que no porque feliz es una palabra muy corta para
expresar lo que siento cuando bailo.
Claudia Reynoso |
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