Entrevista: Un payaso se confiesa

 

                  

                           Un payaso se confiesa

Se abre el telón

Entramos a su casa,  pasamos a la sala y con un tonó muy cortés  me pidió que me sentara en el sofá. Diego Jesús Ticona es un muchacho de  20  años, alto y  con una personalidad muy divertida.  A pesar del cansancio emanaba una   luz  en su  rostro que resultaba ser alegría plena  y felicidad pura.

Tenía la  cara de blanco. Los ojos  estaban pintados decorativamente  de negro  y  tenía  una bolita roja acolchonada en la punta de la nariz.

Enfatizó que es muy feliz , ya que por ahora  tiene todo lo que quiere y  supone que es suficiente  la música , el baile , el  teatro , la risa de su gente y esa sensación extraña que tiene cuando se presenta en  la ‘Tropa del  Eclipse’ para realizar su show. El fundador fue su padre.

_ Siempre he tenido acceso a este tipo de cosas desde pequeño. Mi papá me traía al teatro circo. Recuerdo la primera  vez que fui a la tropa  y participé dentro de él. Tuve un personaje muy pequeño, claro, pero  las personas me recibieron con mucho afecto. Me  sentí como en casa. Era cálido estar ahí. Resultaba ser un mundo que no conocía y del cual quería aprender _ dijo  mientras sonreía  sin mostrar los dientes y con los ojos chinos de emoción, como si ese recuerdo fuese el más preciado que tuviese.

El payaso sale al escenario

Tuvo la oportunidad de viajar por muchos lugares dentro y fuera del país con la ‘Tropa del Eclipse’, y  que la mayoría de sus  presentaciones son fuera de país,  pero no importa el lugar donde se encuentre, ni a quienes tenga en frente. Mientras vea reír a la personas  gracias a él,  es feliz. Fue lo que señalo con total orgullo.

 Su  gran satisfacción es ver una  sonrisa cálida  de sus espectadores en el teatro. Su destreza  en la comedia lo ha  llevado ser querido por la audiencia:
_ eso  hace que sea grato, ser un  fiel servidor del humor, dijo mientras agachaba la cabeza, estiraba el brazo  derecho hacia arriba  y ponía su otra mano sobre el  vientre como si estuviera dando un signo de reverencia. Hablo entre risas.

Una frase que el payaso jamás olvidó

Diego se quedó mirando techo  por un segundo como si rebuscara algo en la mente y la respuesta estuviera pintada allí arriba. Me miró fijamente y  con ligero acercamiento, muy serio señalo: _ “Considero a los payasos más humamos que a los humanos mismos, por ser capaces de experimentar lo mejor de la naturaleza sin limitaciones”.  Esta frase es de ‘Federico Fedillini’, me gusta mucho y siempre la repetimos en la Tropa,  me gusta, por el hecho de que cuando creas un espectáculo, tú eliges que es lo que pasa, sin necesidad que sea real. Es una forma chévere de llegar a las personas. En algunos aspectos escapa de las leyes sociales. Eres libre y haces lo que quieres, aunque, a veces pasa que no ensayo bien  por falta de tiempo  y Tengo que salir a improvisar.

_Mi temor es que la  gente se dé cuenta. Aún no ha pasado, pero imagínate si eso ocurre _ enfatizó la última frase de una manera muy cómica. Cruzó  las piernas, entrelazó su brazo en el abdomen y con la otra mano en la mejilla dijo: _ ¡ay no me muero ¡  con una voz de mujer .

 La otra  cara del payaso

Diego tenía una risa nada escandalosa. Se cubría la boca como si tuviera algo que esconder, dijo que sonó tan cabro hablar así, pidió las disculpas previas por la palabra, porque no acostumbra hablar de esa forma.

Espera estudiar Administración de Empresas  en una buena universidad, puesto que desde que acabó el colegio no habido otra cosa en su vida que ser un “payaso” en la ‘Tropa Del Eclipse’. También le fascina el cine, las producciones que se montan y que cuando él las mira alucina ser el director de la película.

_ El cine, para mí, es un arte y todo un trabajo de un gran grupo de personas. Sin la producción, ni los actores y los guionistas, la película sería un escándalo. Al igual que una foto, o una obra de arte, se necesita de un paisaje o algo que capturar, lo cual tiene que estar de acuerdo a los acontecimientos, el tiempo y el lugar donde se desarrolla; y también necesita de una mano que exprese sobre el lienzo de la idea, el director, o sea yo . 

_Ahora  tengo planeado escribir cortometrajes, películas, montarlas y así. Lo que es el marketing me está gustando mucho. Mientras más aprendo de eso, más plata gano.  Al mismo tiempo soltó una carcajada.

Se proyecta de aquí a diez años más famoso  que ‘Steven Spielberg’ y  forrado de  mucho dinero, pero que todo estaría humildemente puesto en las manos de Dios.

 

El corazón de un payaso

Me cuenta que las decisiones  que ha tomado en el transcurso de su vida han sido buenas y que no se arrepiente de ninguna.  Conoce de amores muy poco,  porque solo se enamoró una vez.

_ Bueno, fue la única que tuve también, no esperes mucho.  Yo sí creo, fielmente, que me enamoré de Catalina.  Ella es una mujer sin límites, hermosa por dentro  y…. bueno, por dentro no más. No mentira. Por fuera lo es más. Su carisma me cautivo. Realmente, resultaba ser increíble el sentimiento que tuve por ella. La amaba, así sin remordimiento.

 _La conocí en un viaje a Colombia mediante un amigo. Todo era felicidad, vivíamos felices comiendo perdices, hasta que por cuestiones de la vida nos separamos.  En realidad me engañó con el mismo amigo que me la presentó, creo que ya tenían algo juntos antes que yo apareciera en su vida, supongo que fui una piedra en el zapato para él, pero no me arrepiento. Fui feliz con ella.

Habla  con mucho amor y odio a la vez sobre ‘Catalina’ como si todavía  la guardara en su corazón feliz y amargamente, a pesar del engaño, no la ha olvidado, aunque no regresaría con ella.

Finalizamos la entrevista sin despedidas y  con agradecimientos. Sin duda, Ticona resultaba ser un hombre con alma de niño que mira la vida sin apuro y con gracia, Espera alcanzar los sueños que  se trazó con ayuda de Dios  y la de su familia, quienes jamás dejaron de creer en él, en su talento de ser un simple pero feliz ‘payaso’.

 

Rocio Huaman Ruelas