martes, 3 de diciembre de 2013

Entrevista: UN PADRE LUCHANDO POR SUS HIJOS


La sociedad está acostumbrada  a ver a una mujer luchar por la tenencia de sus hijos. En el caso de Alejandro Solórzano Pizardo es diferente. El busca la tenencia de ellos. Me responde indignado que la que le puso la demanda fue ella. Si bien la sociedad está siempre acostumbrada a ver a madres que luchan por sus hijos, no se dan cuenta que en el país hay muchos padres que también buscan lo mismo. Lamentablemente, hay personas que han tenido hijos, pero nunca se han preocupado por ellos y para obtener estos derechos de madre se victimizan delante de un juez o de una persona y, a veces, llegan hasta a corromperlos.          

Cada vez que tocamos el tema del juicio por sus niños, veo sus ojos llenarse de rabia, un gran vacío en su alma y una cólera guardada. Me comentó que es la indignación que lo embarga al recordar que ella se llevó a sus hijos intempestivamente y que no está pensando en su bienestar, ya que a ella no le importó abandonarlos cuando ellos no podían ni defenderse. Eran niños inocentes y ahora se quiere hacer la víctima frente a una jueza

También me comenta que su corazón le dice que ella maltrata a tus hijos. Yo le digo que en esta situación no bastan las corazonadas, sino también pruebas para que sustente lo que dice. La mejor prueba, según él, son las llamadas que ha podido grabar, donde, ninguno de los familiares de la madre de sus hijos se los quiere pasar y a lo lejos escucha la voz suplicante de su hija que dice: “no quiero estar acá. Llévenme con mi papi. En este momento, se le caen algunas lágrimas y me voy dando cuenta de cuán grande puede ser el amor de un padre hacia un hijo.

Los padres cometen muchos errores, ya que en este mundo nadie es perfecto, y estos traen terribles consecuencias, ¿Cuál crees que fue el mayor error que ella cometió? Me cuenta, un tanto decepcionado, que la vida de ella, antes de conocerlo, era un poco alocada y, lo peor fue que, aun siendo su pareja, seguía haciendo una vida de soltera.  Me dice que le permitió muchas cosas, entre ellas, que consumiera drogas y, si bien él le dejó en claro que no le entraba a eso, ella lo siguió haciendo, pero ella, para quedar bien delante de su familia, intenta hacerle quedar mal echándole toda la culpa de sus errores. Resignado dice que, obviamente, su familia siempre le va a creer a ella y que por ese lado no puede tener ninguna esperanza.

Si existe la justicia en este país, ¿Cree que la sentencia será favorable para ti? Me quedo sorprendida al escuchar su respuesta, ya que al escucharle hablar sobre el juicio, estaba casi segura que confiabas en salir victorioso en este trago amargo.

Su respuesta fue muy contundente. Un “no” salió presuroso de su alma herida y fue ahí que entendí que, aunque no crea en la justicia de este país, tiene una leve esperanza y como dice el dicho: “La esperanza es lo último que se pierde” Dice que la justicia en este país es muy manipulable y, por lo tanto, muy fácil de sobornar. Me explica que todo esto se va a tornar muy tenso, debido a que su caso será expuesto en algunos medios; que cree que va haber una arremetida de parte de la jueza, la cual ha denunciado en los medios y si es así, está casi seguro que no le dará la tenencia de sus niños. Veo que el solo hecho de pensar que no le van a dar la tenencia, lo aflige mucho. Me dices que hará y recorrerá todas las instancias posibles y que, si es posible, luchará por ellos en una corte internacional. Todo con el fin de, algún día, estar al lado de sus hijos y recuperar la felicidad perdida, la cual le fue arrebatada por esos sinsabores de los cuales la vida está hecha. Vuelve a tocar el tema de la corrupción en la justicia y en el país en general. Me comenta que estudias Derecho y veo que no solo se ha  quedado en ser un simple espectador en el juicio, sino que también, ha decidido, de algún modo, participar en el juicio y que, con esto, se ha podido dar cuenta que ese mundo está lleno de compañerismos, amiguismos. El colmo de todo esto es que la solidaridad les sirve para taparse unos a otros, y así cobrarse, en el momento preciso los favores concedidos.

Los niños siempre sienten más apego con la madre que con el padre. Se dice que es un lazo natural y que nada ni nadie lo puede romper ¿Al regresar a tu lado, crees que se sentirán a gusto y estarán tranquilos? Le pregunto. Al escuchar a su hija, el día en que fue a la casa de su madre, se pudo dar cuenta que ella está esperando que en cualquier momento él llegue a recogerla. Esto le causa tristeza, ya que si dependiera de él, lo hubiera hecho hace tiempo, pero es la madre de ellos la que no deja que hable ni que los vea, pero sabe que ellos se sienten mil veces mejor viviendo con él que con su mamá. Esto es porque las veces que su madre iba a la casa del padre a ver a sus hijos, la niña prefería subir a ver TV con su padre  y le decía a ella que si quería se podía ir y, es que, en realidad el que tiene una gran conexión con sus hijos es él.

 Por Marilin de la Cruz

 

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